Ante la caída de la cotización de Intel y unos ingresos inferiores a los previstos, Qualcomm podría comprar el gigante estadounidense de los procesadores.
Según personas cercanas al asunto que hablaron con Bloomberg, Qualcomm ha decidido esperar hasta después de las elecciones antes de tomar su próxima decisión. Una operación de esta magnitud se sometería sin duda a un intenso escrutinio por parte de los reguladores tanto nacionales como internacionales. La empresa está deseando ver cómo afectarán las políticas de la próxima administración a factores que podrían repercutir en la adquisición, como las normas antimonopolio y las relaciones entre EE.UU. y China.
China es un mercado importante para Qualcomm e Intel. El mismo mes en que se dirigió por primera vez a Intel, Qualcomm se reunió con los reguladores antimonopolio de China para evaluar su posible reacción a la operación. La empresa no ha recibido ninguna respuesta de las autoridades chinas, que al parecer están esperando a ver si Qualcomm hace una oferta formal por Intel.
En EE.UU., donde Intel desempeña un papel clave en el plan del Gobierno para reactivar la industria de fabricación de semiconductores del país, el apoyo de la Casa Blanca a la operación sería crucial.
Intel se convertirá en el mayor beneficiario de la Chips Act, con 8.500 millones de dólares en subvenciones y 11.000 millones en préstamos a bajo interés, siempre que continúe con sus proyectos de construcción de plantas. Han pasado seis meses desde que el gobierno anunció la concesión de los fondos, e Intel sigue esperando la financiación. Qualcomm ha mantenido conversaciones con los reguladores estadounidenses y cree que una fusión 100% estadounidense podría aliviar algunas preocupaciones, según el informe.
Las fuentes añadieron que Qualcomm podría esperar hasta la toma de posesión del próximo presidente de EE.UU., prevista para enero de 2025, antes de decidir si sigue adelante con la operación.
La espera podría ser ventajosa para Qualcomm. Intel publicará sus resultados del tercer trimestre a finales de este mes. Si el trimestre es otra decepción y provoca una nueva caída del precio de las acciones, la adquisición podría costar menos a Qualcomm. Los analistas prevén una nueva pérdida neta de más de mil millones de dólares para Intel.